El panorama de la ciberseguridad: amenazas emergentes y defensas avanzadas

por | May 28, 2024

En 2024, los ciberatacantes están aprovechando una multitud de vectores de ataque para infiltrarse en los sistemas, robar datos confidenciales, interrumpir las operaciones y extorsionar a las organizaciones. Estos vectores de ataque evolucionan constantemente a medida que los ciberdelincuentes adaptan sus tácticas para explotar las vulnerabilidades de las tecnologías emergentes y el comportamiento humano. Algunos de los vectores de ataque destacados en los ciberataques de 2024 incluyen:

  • Ransomware como servicio (RaaS): Los ataques de ransomware se han vuelto cada vez más frecuentes, facilitados por la disponibilidad de plataformas RaaS. Los ciberdelincuentes (incluso un novato entre ellos) pueden acceder fácilmente a sofisticadas herramientas e infraestructuras de ransomware, lo que les permite lanzar campañas de extorsión generalizadas y lucrativas. El reciente desarrollo muestra que la actividad del ransomware que solía dirigirse hacia las pequeñas y medianas empresas se dirige ahora hacia las grandes corporaciones. Un informe 2023 que consulté sobre ataques de Ransomware mostró que hubo menos casos de ataques de ransomware en comparación con 2022, sin embargo, la cantidad (1.100 millones de dólares) pagada en 2023 superó a la de 2022 (587 millones de dólares). Esto indica que las grandes empresas que pueden permitirse grandes cantidades de rescate son ahora el objetivo de los malhechores.
  • Phishing e ingeniería social: El phishing sigue siendo una de las tácticas favoritas de los ciberdelincuentes, que explotan las vulnerabilidades humanas para obtener acceso no autorizado a sistemas o información delicada. Las técnicas de ingeniería social, como el spear phishing y el pretexting, manipulan a las personas para que revelen datos confidenciales o hagan clic en enlaces maliciosos.
  • Amenazas internas: Las actividades maliciosas de personas con información privilegiada, como empleados, contratistas o socios comerciales, suponen un riesgo importante para las organizaciones. Las amenazas internas pueden implicar robo de datos, sabotaje o acceso no autorizado a información sensible, a menudo explotando privilegios de confianza y derechos de acceso.
  • Ataques a la cadena de suministro: Los ataques a la cadena de suministro, que se centran en las vulnerabilidades de terceros proveedores y socios, suponen una amenaza significativa para las organizaciones. Los ciberdelincuentes se infiltran en cadenas de suministro de confianza para acceder a datos confidenciales, comprometer sistemas y distribuir malware a través de múltiples organizaciones simultáneamente. Los malos actores ahora lanzan ataques a través de software, hardware y aplicaciones de terceros.
  • Exploits de día cero: Los exploits de día cero se dirigen a vulnerabilidades previamente desconocidas en sistemas de software o hardware, permitiendo a los atacantes infiltrarse en las redes y ejecutar código malicioso sin ser detectados. Estos exploits son especialmente peligrosos, ya que dan a los ciberdelincuentes una ventana de oportunidad antes de que se desarrollen y desplieguen los parches de seguridad.
  • Vulnerabilidades de dispositivos IoT: La proliferación de dispositivos de Internet de las Cosas (IoT) introduce nuevos vectores de ataque y amplía la superficie de ataque, puesto que estos dispositivos a menudo carecen de medidas de seguridad robustas. Los ciberatacantes se dirigen a los dispositivos IoT vulnerables para obtener acceso a las redes, lanzar ataques de denegación de servicio distribuidos (DDoS) o robar datos confidenciales.
  • Robo de credenciales: Los ciberdelincuentes se aprovechan de credenciales débiles o robadas para obtener acceso no autorizado a sistemas, redes o servicios en la nube. Técnicas como el ataque a contraseñas, el adivinar de credenciales y los ataques de fuerza bruta se utilizan para comprometer las cuentas de usuario y escalar privilegios dentro de las organizaciones.
  • Malware y botnets: El software malicioso, incluidos troyanos, gusanos y botnets, se utiliza para infectar sistemas, filtrar datos o lanzar ataques coordinados. Los botnets permiten a los atacantes controlar grandes redes de dispositivos comprometidos, amplificando la escala y el impacto de los ciberataques.
  • Amenazas Persistentes Avanzadas (APT): Los grupos APT, llevan a cabo ataques sofisticados y selectivos contra objetivos de alto valor. Estos adversarios emplean técnicas avanzadas, como el reconocimiento, el movimiento lateral y la exfiltración sigilosa, para mantener su persistencia y eludir la detección.
  • Explotación de la seguridad física: Los ciberataques también pueden explotar vulnerabilidades de seguridad física, como dispositivos de hardware no seguros, acceso no autorizado a centros de datos o manipulación de componentes de infraestructuras críticas. El acceso físico a sistemas o instalaciones puede proporcionar a los atacantes un punto de apoyo para lanzar ciberataques más sofisticados.

Estrategia de mitigación y plan de respuesta a incidentes para ciberamenazas emergentes

Protegerse contra la diversa gama de ciberamenazas en 2024 requiere un enfoque multifacético y proactivo de la ciberseguridad. Aquí sugiero algunos pasos prácticos que las organizaciones pueden tomar para mitigar los riesgos asociados con vectores de ataque prominentes.

Impartir una sólida formación de concienciación sobre seguridad:

Educa a los empleados sobre las tácticas comunes de phishing, las técnicas de ingeniería social y la importancia de contraseñas seguras. Lleva a cabo sesiones de formación periódicas y simulaciones de phishing para reforzar las mejores prácticas de ciberseguridad y capacitar a los empleados para reconocer e informar de actividades sospechosas. Estadísticas recientes muestran que la ingeniería social representa más del 80% de los ciberataques. Una plantilla cibernéticamente concienciada ayudará a prevenir estos casos.

Cifrar los datos en reposo y en tránsito:

Utiliza tecnologías de cifrado para proteger los datos sensibles tanto en reposo como en tránsito, mitigando el riesgo de violación de datos y de acceso no autorizado. Implementa protocolos de encriptación fuertes para los canales de comunicación y los sistemas de almacenamiento de datos para mantener la confidencialidad y la integridad. El cifrado garantiza que, en caso de violación, los datos queden inutilizados para los atacantes. En los últimos tiempos, el ransomware ha adquirido una nueva dimensión: el ransomware plus, en el que el atacante extrae los datos de la víctima y los cifra antes de pedir el rescate. Los datos filtrados se utilizan ahora para chantajear a la víctima para que pague el rescate. Esto lo hacen los atacantes para asegurarse de que si la víctima decide confiar en la copia de seguridad del almacenamiento de datos e ignorar el pago del rescate, el problema de privacidad que surgirá cuando el ciberdelincuente muestre los datos exfiltrados en público obligará a la víctima a pagar el rescate.

Mejorar los controles de acceso y las medidas de autenticación:

Implementar la autenticación multifactor (MFA) para añadir una capa adicional de seguridad y evitar el acceso no autorizado a sistemas y datos. Aplicar el principio del menor privilegio, concediendo a los usuarios solo los permisos necesarios para realizar sus funciones laborales.

Actualizar y aplicación de parches regularmente en el software:

Establecer un sólido proceso de gestión de parches para aplicar rápidamente actualizaciones y parches de seguridad al software, los sistemas operativos y el firmware. Es esencial garantizar la vigencia de la tecnología desplegada para el negocio de la organización.

Supervisar los avisos de los proveedores y los boletines de seguridad para mantenerse informado sobre las vulnerabilidades recién descubiertas y los parches disponibles. Apoyo del intercambio de inteligencia sobre ciberamenazas (CTIS) entre empresas y organizaciones, donde las organizaciones comparten información sobre amenazas entre sí para que cada una pueda trabajar para fortalecer aún más su infraestructura.

Despliegue tecnologías avanzadas de detección de amenazas:

Invertir en soluciones de detección de amenazas basadas en IA y en plataformas de protección de endpoints de nueva generación para detectar y responder al malware avanzado y a los exploits de día cero.

Aprovechar el análisis de comportamiento y la detección de anomalías para identificar actividades sospechosas y posibles brechas de seguridad en tiempo real.

Establecer planes y procedimientos sólidos de respuesta a incidentes:

Desarrollar planes integrales de respuesta a incidentes que describan las funciones, responsabilidades y procedimientos para detectar, responder y recuperarse de incidentes de ciberseguridad.

Llevar a cabo ejercicios de simulación y simulacros periódicos para comprobar la eficacia de los planes de respuesta a incidentes y mejorar la preparación de la organización.

Reforzar la seguridad de la cadena de suministro:

Investigar a los proveedores y socios externos para asegurarse de que se adhieren a normas y prácticas de ciberseguridad sólidas. Establecer acuerdos contractuales que incluyan requisitos de seguridad, medidas de protección de datos y protocolos de respuesta a incidentes para mitigar los riesgos de la cadena de suministro. Esto debería incluir la cadena de suministro de software, aplicaciones, hardware y recursos humanos. Recientemente, se ha descubierto que algunos ciber profesionales ofrecen sus habilidades a ciber delincuentes a cambio de un beneficio económico. Esto subraya la necesidad de una verificación adecuada de los antecedentes de los recursos humanos.

Implementar la supervisión continua y la inteligencia sobre amenazas:

Implemente sistemas de gestión de eventos e información de seguridad (SIEM) para supervisar continuamente el tráfico de la red, los registros del sistema y los eventos de seguridad en busca de indicios de actividad sospechosa.

Suscribirse a fuentes de inteligencia sobre amenazas y participar en iniciativas de intercambio de información para mantenerse al tanto de las amenazas emergentes, las tácticas de los adversarios y las vulnerabilidades.

Realizar evaluaciones y auditorías de seguridad periódicas:

Efectuar evaluaciones periódicas de ciberseguridad, pruebas de penetración y análisis de vulnerabilidades para identificar y corregir los puntos débiles de seguridad de forma proactiva.

Contratar a auditores externos independientes para realizar auditorías de seguridad exhaustivas y validar el cumplimiento de los requisitos reglamentarios y las normas del sector.

Fomentar una cultura de concienciación sobre la ciberseguridad:

Promover una cultura de concienciación y responsabilidad en materia de ciberseguridad en toda la organización, haciendo hincapié en la responsabilidad compartida de todos los empleados en la protección de datos y activos sensibles.

Fomentar canales de comunicación abiertos para notificar incidentes de seguridad, plantear preocupaciones y compartir conocimientos y mejores prácticas de ciberseguridad.

Ciberseguro:

El seguro cibernético proporciona protección financiera contra las pérdidas financieras y las responsabilidades asociadas a los incidentes de ciberseguridad. Ayuda a compensar los costes de respuesta a incidentes, reparación, gastos legales y multas reglamentarias en caso de violación. Esto forma parte de la mitigación del riesgo cibernético.

Remuneración de los profesionales y expertos en ciberseguridad:

Salarios competitivos: Ofrecer salarios competitivos es esencial para atraer y retener a los mejores talentos en ciberseguridad. Los profesionales de la ciberseguridad poseen habilidades y conocimientos especializados muy demandados, por lo que la competitividad salarial es crucial para los esfuerzos de contratación y retención. También garantiza que estén satisfechos y no ofrezcan sus habilidades a malos actores.

Concluyendo:

Es imperativo que las organizaciones implementen estas estrategias discutidas para fortalecer su postura de ciberdefensa en 2024 y más allá. Al invertir en medidas proactivas de ciberseguridad, las organizaciones pueden mitigar eficazmente los riesgos, proteger los datos confidenciales y salvaguardar su reputación frente a las amenazas cibernéticas en evolución. No se trata solo de prevenir los ataques, sino también de estar preparados para responder eficazmente cuando se produzcan las brechas.

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